1.- El paradigma de “mi mascota”

Cuando aún la gestión de las clínicas veterinarias está en pañales, si la comparamos con la gestión de otros muchos sectores empresariales, se lanza la idea de la nueva gestión. Y no es nada erróneo ni descabellado, porque en gestión no podemos empezar con conceptos de los 90 o de principios de este siglo, si vamos a comenzar a hacer gestión o queremos adaptarla, habrá que tener en cuenta las nuevas formas de gestión, si no es así, para cuando todo empiece a “cuadrarnos”, ya estaremos obsoletos. Pero no hay que desanimarse, hay que reengancharse a estas nuevas formas de gestión y no bajarnos nunca de ese tren.

Bajo el concepto de “Nueva Gestión” podemos ver conceptos de siempre, pero en un entorno dinámico, en continuo cambio. Equipo, fidelización, formación, marketing,… con un nuevo prisma, el que nos marca la competencia excesiva, el uso masivo de internet, el nuevo modelo social y económico; la propia palabra “mascota” está cambiando. Y ésta cambio será el vehículo conductor que nos irá abriendo nuevas vías en todos los campos.

Iniciamos una serie de artículos comenzando con, el paradigma “MASCOTA”, para continuar desgranando la nueva gestión.

Mi mascota

Lo que antes entendía la sociedad por mascota era un perro o un gato, y para de contar; en foros especializados se hablaba de algunos más, pero … Esto ya no tiene nada que ver: una mascota es … pues mi mascota.
Un animal de compañía o mascota es un animal doméstico conservado con el propósito de brindar compañía o para el disfrute del poseedor”; ésta es la definición que da Wikipedia y esta otra, más escueta, la de la RAE: “Animal de compañía”. Actualmente se podría definir como “cualquier especie que legalmente pueda tener una persona en su propia casa y mantener en condiciones adecuadas”. Un pez, un canario, un cerdo vietnamita, … y el listado podría ser interminable.

Pero hasta aquí solo hemos hablado del cambio en la especie. El principal cambio es conceptual: la mascota ya es parte de la familia y como tal debe ser tratada; fue algo anecdótico en los 90, más frecuente tras el cambio de siglo y una realidad en la actualidad: “mi mascota es uno más de la familia”, con lo que la nueva definición podría ser: “cualquier especie que legalmente pueda tener una persona en su propia casa, mantener en condiciones adecuadas y que está integrada en la familia”.

Especie: cualquier animal puede ser considerado una mascota y deberemos estar preparad@s para atenderlos; esto conllevará más formación, más especialización y/o más personal.

Legalmente: deberemos conocer la legislación perfectamente y actuar con sus criterios no todo vale; ni especies autóctonas, ni sin CITES, peligrosas,…

Casa: lejos va a quedar el animal que vive en el exterior o en el campo (salvo excepciones).
Condiciones adecuadas: a partir del mínimo que exija la ley; tendremos que adquirir productos acordes a sus necesidades (más stock, más diversidad, …)

Integrada en la familia: la salud de la mascota será vista como un verdadero problema y la prevención tendrá su lugar protagonista.

Y, esto que en un principio puede parecernos bueno o malo, no es sólo una cosa o la otra. Vamos a ver algunas las ventajas de esta integración y sus desventajas:

  • Ventajas
  • Las visitas a la clínica serán más frecuentes; esta afirmación tiene muchos “peros” que iremos detallando.
  • El precio de los productos o servicios no serán tan decisivos.
  • Buscará la calidad en el servicio, en los productos y en el trato hacia la mascota.
  • Mayor demanda del servicio de urgencias.
  • Desventajas
  • Los posibles errores se magnificarán.
  • Mayor tiempo de dedicación en consulta.
  • Mayores exigencias.
  • Más acceso a información sobre salud de las mascotas en fuentes de dudosa fiabilidad.

 

Pero ¿y si estas desventajas las vemos como oportunidades? También habrá que adaptarse a las ventajas, para que no se vuelvan en contra de nuestro negocio. Todo esto influirá en todos y cada uno de los aspectos fundamentales de la clínica veterinaria.