En el día a día en que se mueven las marcas (las clínicas veterinarias deben desarrollar su idea de marca), tanto las grandes como las pequeñas, tienen grandes amenazas, estos son los mayores peligros:
- La pérdida de confianza. Cuando las clínicas dejan en evidencia su ausencia de fortaleza moral, tanto por lo que hacen como por lo que deciden no hacer, los clientes decidir cortar por lo sano su relación con ellas (al menos temporalmente). Y la confianza perdida sólo se recupera apostando de lleno por la transparencia.
- La falta de interés. En el mismo momento en que las clínicas veterinarias dejan de resultar interesantes para el cliente comienzan también a ser poco atractivas y a quedarse sin “sex appeal”. La falta de interés por parte del cliente se previene no perdiendo en ningún momento de vista los deseos los clientes (y haciendo realidad esos deseos).
- La falta de foco. Dejarse engullir, como Alicia, en la madriguera del conejo blanco para adentrarse en el país de las maravillas puede resultar tentador. O lo que es lo mismo, que dejarse atrapar por las mil y una tendencias que hay sobrevolando puede parecer a priori irresistiblemente atrayente, pero ¿merece de verdad la pena? A veces, en su afán por subirse a todos y cada uno de los trenes que hay a su paso, las clínicas (y sus estrategias) se quedan “desenfocadas”.
- La falta de propósito. A veces, cuando se miran en exceso el ombligo, las clínicas veterinarias comienzan a hacer cosas que sorprenden para mal al cliente (y le dejan frío) o que simplemente traicionan su propio ADN como marcas. Para evitar quedarse huérfanas de propósitos, las clínicas deben auscultar permanentemente los deseos y necesidades del consumidor y también sus propios deseos y necesidades como marcas.
- El ritmo equivocado. A veces la velocidad a la que funcionan las clínicas veterinarias está a años luz de la velocidad a la que se mueven sus propios clientes. Para evitar que las clínicas y sus clientes se muevan a ritmos diferentes es necesario responder antes a al menos tres preguntas: ¿para qué necesita aún tiempo el cliente?, ¿qué causa impaciencia en el propietario de la mascota?, y ¿a qué ritmo operan los rivales de nuestro centro?
- El fracaso a la hora de evolucionar. La lista de marcas (Kodak, Blockbuster, Nokia, Blackberry, etc.) a las que se les ha atragantado su propia evolución es larguísima (y continúa engordando). Por eso es tan importante que las marcas sean conscientes en todo momento de en qué sector de actividad se desenvuelven (para adaptarse a los cambios a tiempo).
- La falta de “insights”. En la era del Big Data sigue habiendo muchas clínicas que continúan siendo incapaces de extraer “insights” verdaderamente valiosos de ese Big Data. Y sin “insights” de los propietarios, están abocadas irremediablemente al fracaso.
- Las grietas en la “arquitectura” de las clínicas veterinarias. Como en la arquitectura real, las grietas en la arquitectura de las clínicas pueden llegar a resultar mortales. Razón de más para ser particularmente cuidadosos a la hora de introducir cambios en esa arquitectura (en el caso de fusión de dos centros, o cambios importantes de nuestro mensaje al “low price”, por ejemplo).
- La baja inversión en marketing. En el universo del marketing la calidad se paga, por lo que es imposible que el “tijeretazo” en la inversión no se traduzca también en una merma de la calidad, recortar los presupuestos del marketing es definitivamente irresponsable.
- La falta de estética. En una era eminentemente visual las clínicas veterinarias que “cojean” en lo que a su identidad visual se refiere tienen muchas papeletas para “desenchufarse” del corazón del cliente propietario de mascota.
Si tienes interés en manejar adecuadamente estas amenazas y no quieres hacer el camino solo, contáctanos, podemos colaborar juntos.
Adaptación del artículo 10 Brand Threats And How To Counter Them de Mark di Somma.
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